
Recientemente, el día viernes 8 de octubre del presente año, 136 países de todo el mundo por fin han logrado ponerse de acuerdo y firmar lo que ya se conoce en el mundo como “Impuesto Mínimo Global a las Multinacionales”.
Este acuerdo logrado por La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), contempla establecer un impuesto global mínimo del 15% sobre los beneficios, para las empresas multinacionales a partir del próximo año 2023.
¿Qué es el impuesto mínimo global?
Este acuerdo en discusión desde hace ya diez años tiene como objetivo cambiar las reglas internacionales para la fiscalidad empresarial. Se trata de poner fin a la carrera entre estados por la oferta fiscal más baja. Y así luchar contra las prácticas agresivas de optimización de las grandes empresas. Además, busca acabar con los denominados paraísos fiscales.
El acuerdo sobre el impuesto mínimo global fue elaborado en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países desarrollados. Recibió el apoyo de los jefes de estado y de gobierno del G7 en Londres el pasado mes de junio. Y del G20 el mes siguiente (julio).
Este proyecto contiene una serie de medidas revolucionarias. Entre las que se anuncia la introducción de un impuesto mínimo del 15% de los beneficios obtenidos por las multinacionales. Esto significa que ninguna empresa grande podría pagar menos, sin importar dónde se encuentre. Esto haría innecesarias las prácticas de obtención de beneficios inmobiliarios en filiales ubicadas en países con ventajas fiscales, como Irlanda.
También establece que los grandes colectivos, especialmente los del sector digital, deberán acceder a tributar en los países donde se encuentran sus usuarios, y no donde están ubicadas sus oficinas. Con esto, se pretende evitar que empresas como Google o Facebook logren evadir y escapen del pago de impuestos.
¿Qué beneficios aporta a los países?
Un acuerdo internacional de tal magnitud que reúna a un gran número de países, incluidos Estados Unidos y miembros del G7 y el G20, debería tener profundas repercusiones en todo el mundo, incluidos los Estados no suscritos a este acuerdo.
Porque con un impuesto global, las empresas que declaren sus beneficios en paraísos fiscales serán finalmente gravadas por su país de origen. Los paraísos fiscales dejarán de tener interés para estas empresas, gravadas a tipos equivalentes independientemente del país en el que estén establecidas.
¿Qué problemas enfrenta el impuesto mínimo global?
Aunque a la fecha este acuerdo ya cuenta con el apoyo de 136 países, sigue enfrentándose a ciertos aspectos problemáticos que se derivan de las bases de esta reforma. Que para muchos es un acuerdo que claramente beneficiará a los países más ricos en detrimento de los países más pobres y en pleno desarrollo.
Por ejemplo, el primero de los pilares de esta reforma, que pretende distribuir los derechos de gravar las ganancias de las multinacionales entre países, es considerado sumamente decepcionante. En primer lugar, porque solo afectará a un centenar de estas grandes empresas y solo tocará una ínfima fracción de sus ganancias, apenas un 20 a 30% por encima del margen del 10%.
Esto debido a que, la distribución a realizar entre los países dependerá de dónde estas multinacionales realicen sus ventas, sin tener en cuenta otros factores que determinan la actividad. En particular la ubicación de las Plantas o sitios de producción y/o el número de empleados con que cuenta.
Esto traerá como consecuencia que países en desarrollo de Asia o África, que albergan muchas de las actividades de las multinacionales en su territorio, recibirán menos impuestos. Mientras que los grandes países desarrollados o de mercados emergentes se apropiarán de la mayor parte del beneficio. Algo de por sí injusto e inaceptable.
El otro problema principal se refiere al segundo pilar de este acuerdo, el impuesto mínimo. Fijado actualmente en el 15%, lo que es considerado demasiado bajo. Por lo que, algunas ONG recomiendan un incremento a una tasa del 25% que permitiría incrementar significativamente la recaudación tributaria de los Estados para afrontar los grandes retos actuales como la lucha por la igualdad y la protección del ambiente.
El impuesto mínimo global en Chile
Con la firma de este acuerdo las empresas multinacionales con sede en Chile, se enfrentan a un nuevo planteamiento. La búsqueda de nuevos acuerdos fiscales para evitar una posible pero urgente nueva redomiciliación de sus sedes en el territorio chileno. Toda vez que los lapsos de tiempo se acortan rápidamente y su implementación está propuesta para el 2023.
Sin embargo, el Servicio de Impuestos Internos, hasta ahora no ha emitido pronunciamiento alguno con respecto a los posibles efectos de la implementación de este acuerdo alcanzado por la OCDE. Lo que no quiere decir que no esté consciente de papel protagónico en la lucha contra la evasión fiscal.
Será cuestión de esperar y dar tiempo al tiempo para empezar a ver y conocer los posibles derivados de este nuevo acuerdo en nuestro país.