Imagina que tu restaurante, bar o botillería lleva años funcionando. Pagaste tus permisos, cumpliste con las inspecciones, mantienes tu documentación al día y nunca has tenido problemas. Tu inversión está consolidada. Pero un día, sin previo aviso, en la municipalidad te dicen que se rechazó la renovación de tu patente comercial, es decir, que no…
Iniciaste tu negocio cumpliendo cada trámite: permisos sanitarios, patente comercial, recepción final y toda la documentación exigida por ley. Sin embargo, un día aparece un inspector municipal con un sello en la mano y un cartel de: “local clausurado”. En minutos, tus puertas se cierran, tus empleados quedan sin trabajo y tú comienzas a perder…
