teletrabajo

El origen del “telework” traducido como “teletrabajo” surge en Estados Unidos en los años 70’, con el físico Jack Nilles quien comenzó a pensar formas de optimizar los recursos no renovables debido a la crisis petrolera y el consecuente desabastecimiento. Es así que, siendo una de las principales preocupaciones el transporte y cómo llegar al trabajo, surge la idea de que “el trabajo fuera hacia el trabajador” y no al revés, apareciendo el teletrabajo como la solución al problema de la escasez de combustible, siendo beneficioso además para facilitar la descongestión vehicular y los niveles de contaminación ambiental.

Jack Nilles
Jack Nilles

Esta modalidad primero se denominó “telecommutting”, término inglés que significa “teledesplazamiento” o “teleconmutación”, y se refiere estrictamente a cambiar el desplazamiento cotidiano y diario al trabajo (el commuting) por las telecomunicaciones.

Sin embargo, en esa época, el desarrollo tecnológico no estaba lo suficientemente avanzado para que el teletrabajo fuera una realidad masiva y, solo 20 años después, su utilización se hizo más generalizada en Estados Unidos. En una primera etapa, el teletrabajo estaba reservado para los ejecutivos de las empresas y posteriormente, grandes empresas como, por ejemplo, IBM, quienes decidieron realizar proyectos pilotos extendidos a todos los trabajadores que quisieran probar esta modalidad.

El avance tecnológico de las décadas siguientes, la gran baja de los costos informáticos, la velocidad de las redes de comunicación y el uso masivo de Internet pusieron a disposición de millones de personas los recursos necesarios para el teletrabajo. Luego, miles y miles de trabajadores comenzaron a laborar desde sus hogares con un doble propósito: reducir costos y realizar un mejor aprovechamiento del tiempo libre 1 .(1 Galluser, Lía Pamela Creciente avance del teletrabajo como modalidad laboral: El caso de la Teletraducción en Rosario, tesis citada en www.caminandoutopias.org.a)

El concepto del teletrabajo, sus características y modalidades

teletrabajo TICs
Teletrabajo TICs hoy.

A pesar que no existe una definición única de lo que se entiende por teletrabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo define como “cualquier trabajo efectuado en un lugar donde, lejos de las oficinas o talleres centrales, el trabajador no mantiene contacto personal con sus colegas, pero puede comunicarse con ellos a través de las nuevas tecnologías” . Por su parte, la Asociación Española de Teletrabajo lo conceptualiza como “el modo de realizar la actividad laboral utilizando las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC’s)”. También como “aquella actividad realizada fuera del espacio físico de la empresa que realiza un trabajo, ejerciendo sus conocimientos al servicio de la misma en régimen de contrato de plantilla, autónomo, o free lance, arrendamiento de servicios, etc.” . Por lo tanto, se trataría de todas aquellas actividades profesionales desarrolladas a través de equipos informáticos que hacen uso del teletratamiento y la telecomunicación para enviar información en tiempo real al centro de trabajo, producción o servicios con el fin de generar un valor añadido a sus usuarios” .

En otras palabras, del producto de la unión de las redes de telecomunicaciones y los sistemas informáticos, nace lo que algunos llaman el working-house informático, teletrabajo o e-work, que en su concepción simple atañe a la actividad profesional desarrollada por teletrabajadores, que no están presentes físicamente en la empresa para la que trabajan, pero sí virtualmente a través del uso de tecnologías de información que se requieran para esto. Con los procesos de tercerización y, específicamente de deslocalización, el trabajo a distancia, en términos amplios, ha cobrado mayor sentido y significación en el mercado laboral, donde las empresas ven el trabajo como un factor maleable y adaptable a las necesidades del capital, permitiéndoles con su uso optimizar la relación costo-beneficio, aminorando los riesgos y aumentando las utilidades. La deslocalización se puede definir como “la externalización de servicios la cual no se da únicamente entre empresas pertenecientes a un mismo país, sino que también entre compañías de distinta nacionalidad”. De este modo, existen empresas que realizan servicios de outsourcing en el mercado local (inshore) y aquellas que exportan servicios hacia el extranjero, vale decir, que desarrollan outsourcing de servicios fuera del territorio donde los proveen, lo que se conoce como offshore. Un ejemplo de desarrollo de offshoring en nuestro país son las llamadas empresas de call center, donde las cifras hablan de una participación de las empresas bajo esta modalidad de alrededor de un 28%, siendo la cifra más baja en toda Latinoamérica . En este contexto, atendido que el término teletrabajo proviene de dos voces: tele y trabajo, cuya significación etimológica nos conduce a expresarlo –teniendo en cuenta que la raíz latina ‘tele’ denota distancia o lejanía–, como un trabajo ejecutado a distancia, el teletrabajo consistiría en un tipo de offshoring como una suerte de deslocalización de funciones y labores fuera de las fronteras del centro de trabajo, la empresa, al centro doméstico, casa o bien, cualquier lugar que no sea la oficina, el taller o el tradicional lugar de trabajo, apoyadas en tecnologías que hacen posible el trabajo remoto o a distancia.

Ahora bien, todas estas definiciones no abordan el fenómeno del teletrabajo, más allá de señalarlo como una actividad que implica el uso de tecnologías y que se realiza en forma remota, lo cual es sumamente amplio, pues abarca formas que caen en la categoría de trabajo independiente y también de trabajo dependiente. Se observa así que el espectro de situaciones que comprendería el término teletrabajo se va ampliando, a su vez que genera dificultades para determinar con claridad los elementos específicos que lo componen y que son necesarios diagnosticar para cubrir los vacíos legales que existen en torno a su protección y resguardo. Pese a ello, y al hecho que existen diversos conceptos de teletrabajo, es posible identificar elementos característicos de esta figura, como son:

• Espacialidad: la prestación laboral se debe desarrollar en un lugar que no corresponde a aquellos en que normalmente se realiza el trabajo en las empresas. Así se afirma que el teletrabajo es una especie dentro del género del trabajo a domicilio.

• Uso de TIC’s: el trabajo se desarrolla mediante la utilización preferente de la informática y de las telecomunicaciones. Éstas deben ser utilizadas no solamente como medio preferente del desarrollo del trabajo, sino también el medio de enlace con el empleador.

• Habitualidad: el teletrabajador debe realizar su trabajo, en la mayor parte del tiempo, de igual forma.

• Organización: la utilización de tecnologías como un nuevo modelo de organización del trabajo.

El sentido amplio de esta definición despliega las diversas modalidades en que se puede desenvolver el teletrabajo. En la bibliografía revisada no existe una clasificación única sobre éstas, sin embargo, las modalidades más recurrentes sobre la base de su ubicación geográfica, al tiempo de contratación y tipo de contratación, son:

• Teletrabajo desde el hogar o telehomeworking.

• Teletrabajo cercano al hogar: telecentros comunitarios y oficinas satélites.

• Teletrabajo en cualquier lugar: telecentros y call centers.

• Teletrabajo en diferentes lugares: nómada o móvil.

• Teletrabajo a través de países: transfronterizo (países vecinos) y offshore (países distantes).

• Teletrabajo permanente.

• Teletrabajo parcial o suplementario.

• Teletrabajador independiente o self-employed.

• Teletrabajador dependiente.

Sin embargo, se aprecian panoramas distintos respecto a las tendencias de aplicación de las diversas modalidades de teletrabajo en la Unión Europea y Norteamérica, que en Latinoamérica y El Caribe. Mientras que en Europa y Norteamérica el teletrabajo móvil y suplementario muestran tendencias de ascenso en su aplicación, el teletrabajo permanente y desde el hogar presentan efectos contrarios, además de configurarse nuevas modalidades y reinvenciones del fenómeno (Bergum 2007); en cambio, en América Latina y El Caribe las modalidades más aplicadas son el teletrabajo desde el hogar, los telecentros comunitarios, call centers y el teletrabajo transfronterizo u offshore (Di Martino 2004) . Atendidas las características que se han esbozado sobre el teletrabajo, es posible señalar que, evidentemente, no todas las actividades se pueden realizar mediante esta modalidad de trabajo. Aquellas ligadas a la generación, difusión, análisis y procesamiento de información, como tareas administrativas y de organización, servicios de traducción, programación y diseño, se perfilan como ámbitos propicios para el teletrabajo. Otro campo apto para su desarrollo son trabajos que tienen relación con una clientela local, por ejemplo, oficinas de información, ventas por correspondencia y por teléfono, etc. Con todo, si bien en principio el teletrabajo parecía restringido a algunos sectores, hoy en día se ha extendido a las áreas de turismo, servicios financieros, servicios contables, servicios legales, entre otros. Podría aplicarse a cualquier actividad que pueda ser producida, promocionada o vendida a través de TIC’s. 

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