Volver al trabajo tras una licencia médica debería ser un proceso natural. Pero para una trabajadora con casi 30 años de servicio, fue el inicio de una pesadilla: sin oficina, sin funciones y sin respuestas.

Ante el abandono por parte de la empresa, decidió ejercer su derecho al autodespido por vulneración de derechos fundamentales. Con respaldo legal y una estrategia clara, pasó de un finiquito de $22 millones a un acuerdo de $49 millones, sin llegar a juicio.

Este caso real demuestra que, en Chile, cuando la dignidad laboral se vulnera, la ley puede estar de tu lado.

    ¿Qué es el autodespido?

    El autodespido en Chile, también llamado despido indirecto, ocurre cuando es el trabajador quien pone fin al contrato, pero por culpa del empleador. La ley reconoce que, frente a ciertas conductas graves —como el acoso, el incumplimiento contractual o el maltrato psicológico— el trabajador puede retirarse y, aun así, exigir todas las indemnizaciones como si lo hubiesen despedido sin justificación.

    Esta figura está regulada en el artículo 160 del Código del Trabajo y suele utilizarse en contextos de deterioro grave de la relación laboral.

    ¿Cómo se acredita la vulneración de derechos?

    Cuando se habla de vulneración de derechos fundamentales en el trabajo, no basta con sentirse maltratado. Hay que demostrar, con hechos concretos y pruebas claras, que se han transgredido derechos como:

    • La honra.
    • La integridad psíquica.
    • El derecho a la no discriminación.

    Esto puede incluir certificados médicos, peritajes, denuncias ante la Dirección del Trabajo, correos, testigos o cualquier documento que respalde la situación vivida. En este caso, todas esas pruebas fueron reunidas y articuladas bajo una estrategia legal clara.

    Caso real: de $22 millones ofrecidos a $49 millones en acuerdo

    Nuestra representada trabajaba desde mediados de los años 90 en una gran empresa de calzado. Comenzó en cargos administrativos y con el tiempo llegó a ocupar el rol de jefa nacional de control de stock. Su historial era intachable. Sin sanciones. Con buenos resultados.

    Pero tras una licencia médica, volvió a su puesto solo para descubrir que su lugar ya no existía. No tenía oficina asignada, ni teléfono corporativo, ni tareas. Sus colegas jefes seguían en sus oficinas; ella, en cambio, debía improvisar espacio en un cubículo abierto. Sus jefaturas prometían soluciones, pero nunca llegaban.

    En su desesperación, presentó reclamos ante la Dirección del Trabajo, los cuales fueron acogidos. La empresa incluso fue multada. Pero todo siguió igual. Hasta que decidió actuar.

    Con la asesoría de nuestro despacho, interpuso una demanda de tutela laboral por vulneración de derechos fundamentales y ejerció el autodespido. La empresa intentó cerrar el caso rápidamente, ofreciéndole un finiquito de $22 millones. Sin embargo, tras la presentación de una teoría del caso sólida, con respaldo jurídico y emocional, se logró un acuerdo por $49 millones, más del doble de lo inicialmente propuesto.

    Este resultado no solo compensó económicamente el daño sufrido, sino que también representó un reconocimiento real de la injusticia vivida.

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    La otra cara del conflicto: prestaciones y derechos impagos

    Más allá del trato indigno, había una lista larga de derechos laborales que la empresa había dejado de cumplir:

    • Bonos por vacaciones pendientes durante varios períodos.
    • Bonos de cumplimiento de metas no pagados, pese a estar pactados en anexos de contrato.
    • Gratificaciones legales de varios meses.
    • Feriados legales y remuneraciones proporcionales.
    • Indemnizaciones por años de servicio y falta de aviso previo.
    • Compensaciones especiales por tutela y daño moral.

    Toda esta deuda laboral fue incluida en la acción judicial y respaldada con documentos y cálculos detallados.

    El impacto de la Ley Karin y la salud mental en el trabajo

    Un elemento clave en este caso fue la entrada en vigencia de la Ley Karin, el 1 de agosto de 2024. Esta norma busca prevenir el maltrato laboral y proteger la salud mental de los trabajadores. Y en este caso, su aplicación fue directa, ya que la primera denuncia se presentó un día después de su entrada en vigor.

    A pesar de las denuncias, la empresa no rectificó. No hubo reincorporación real. No hubo voluntad de reparación. Solo indiferencia.

    Esto reforzó aún más los fundamentos jurídicos de la acción legal, demostrando que no se trataba de una molestia puntual, sino de una dinámica sostenida de exclusión y daño.

    El daño moral: cuando no es solo trabajo, es tu vida

    Para muchas personas, el trabajo no es solo un ingreso, sino una parte esencial de su identidad. Es donde construyen un propósito, relaciones, sentido. Y cuando ese espacio se convierte en un entorno hostil, las consecuencias no son solo legales, son humanas.

    Nuestra representada vivió ansiedad, angustia, tristeza y un deterioro psíquico profundo. Sentía que la estaban empujando a renunciar. Que era invisible. Que su experiencia no valía nada. Esta situación fue respaldada con informes psiquiátricos y psicológicos, presentados como parte de la demanda por daño moral.

    El rol de una estrategia legal clara y efectiva

    Lo que permitió resolver este caso antes de llegar a juicio fue, principalmente, la forma en que se presentó. La teoría del caso construida por nuestro despacho convirtió una vivencia dolorosa en una argumentación jurídica fuerte, coherente y persuasiva.

    Se demostró que la trabajadora fue excluida, ignorada y privada de condiciones mínimas para ejercer su labor. Y que esa exclusión no fue un error, sino una forma sistemática de discriminación y acoso.

    Gracias a esta preparación, se logró un acuerdo altamente favorable que reconocía su experiencia, su dolor y sus derechos.

    Defender tu dignidad también es un derecho laboral

    Este caso real de autodespido en Chile es una muestra clara de que la ley no solo protege salarios y contratos, sino también la dignidad, la salud mental y la igualdad en el trato laboral.

    Y cuando esos derechos se ven vulnerados, contar con un abogado de autodespido exitoso puede hacer toda la diferencia.

    En Becker Abogados, creemos que nadie debería tolerar maltrato en su lugar de trabajo. Por eso, te escuchamos, te acompañamos y diseñamos una estrategia a tu medida, con el respeto y la profesionalidad que mereces.

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